A ghost Histoy
Por Diego Gamboa | Cine reproche
Una historia de fantasmas (2017): Un lamento silencioso sobre el tiempo y la existencia
A24
David Lowery desafió las convenciones cinematográficas modernas con A Ghost Story (2017), una película que explora lo trascendental y efímero de nuestra existencia a través de un relato sencillo, pero profundamente introspectivo. Protagonizada por Casey Affleck y Rooney Mara, la película nos sumerge en el dolor del duelo y la inmensidad del tiempo, con una narrativa que bordea lo minimalista y una estética cautivadora que resuena más allá de las palabras.
Una sinopsis fantasmal, pero llena de emociones humanas.
El relato comienza con una pareja: C (Casey Affleck) y M (Rooney Mara). Cuando C falla inesperadamente, regresa como un fantasma cubierto por una sábana blanca, atrapado en la casa que compartían. Desde este punto, el espectador se convierte en un observador del inexorable paso del tiempo y de las memorias que se desvanecen, mientras el espíritu observa cómo su hogar cambia y su conexión con el pasado se difumina.
Visualmente cautivadora y profundamente poética.
Con un formato en 4:3 que otorga intimidad y contención, A Ghost Story juega con la paciencia del espectador mediante tomas largas y casi meditativas. El plano extenso de Rooney Mara comiendo un pastel de chocolate puede parecer tedioso a primera vista, pero encapsula perfectamente el peso del duelo, la rutina y la soledad. La fotografía de Andrew Droz Palermo es etérea, combinando sombras y luz para reflejar el aislamiento del protagonista. Es, en muchos sentidos, una carta de amor a las imágenes estáticas y el cine como forma de arte reflexiva.
Filosofía y tiempo: los pilares del vacío existencial
En su núcleo, A Ghost Story es un ensayo cinematográfico sobre nuestra necesidad de dejar huella en el universo. El tiempo se presenta como un personaje más, implacable, moviéndose sin piedad mientras los personajes son meros pasajeros en un viaje perpetuo hacia el olvido. Lowery utiliza al "fantasma" como una metáfora brillante para nuestra desconexión de lo tangible, cuestionando el propósito de nuestras ambiciones y la importancia de las relaciones humanas frente al inevitable paso de los milenios.
Comparación con nuestra realidad actual
En una era marcada por la inmediatez y la necesidad constante de validación, esta película recuerda que nuestras preocupaciones actuales son sólo partículas en un cosmos infinito. La película nos empuja a reflexionar: ¿Realmente importa lo que hacemos si todo será eventualmente olvidado? Un recordatorio de humildad que, aunque melancólico, resulta poderoso y profundamente humano.
Una experiencia, no solo una película.
Lowery no buscó entregar respuestas, sino formular preguntas que acompañarán al espectador mucho después de que los créditos finalicen. La lentitud narrativa puede desanimar a quienes esperan acción o intensidad, pero es precisamente en esa calma donde el director logra una conexión cruda con la esencia humana. ¿Es el cine solo entretenimiento, o también un vehículo para contemplar lo inexplicable?
¿Es A Ghost Story una obra maestra introspectiva, o resulta demasiado hermética para el público general? ¿Hasta qué punto el arte necesita dialogar con todos, y cuándo está bien que existe únicamente para conmover a unos pocos?

